viernes, 19 de septiembre de 2014

TIERRAS DE VADINIA: EL ENCANTO DE LA BRUMA

CHOZO DE PASTOR CERCA DEL PUERTO DE LAS SEÑALES


Existe un lugar donde extensos bosques cubren las laderas de impresionantes montañas que se alzan majestuosas, un lugar donde aún campan a sus anchas rebecos, corzos e incluso osos, en constante equilibro natural con el entorno y con las gentes que allí habitan. Un lugar donde la bruma juega con centenarias hayas, robles, avellanos, castaños y tejos, sin ceñirse a las fronteras administrativas descorazonadas, siguiendo su impulso herrante, vagando por sus atávicos dominios, como lo ha hecho siempre. 

MONTAÑA ASTUR-LEONESA

Se trata de la zona de la montaña leonesa-asturiana, un lugar cargado de mitos, de leyendas, de viejas costumbres que hunden sus raíces en lo más antiguo de la tradición, de pueblos donde parece haberse detenido el tiempo, con gentes amables y sabias dispuestas a charlar con el viajero y trasmitirle todo su legado cultural de siglos, de parajes impresionantes, atractivos, hechizantes, cargados de una magia y una belleza ancestrales que atrapan irremediablemente al viajero.

ALMANDREÑAS

Su ubicación a caballo entre el noreste de León, el este de Asturias e incluso el oeste de Cantabria, nos habla de su pasado vinculado a una tribu de origen cántabro: los Vadinienses. 

CHOZO EN EL LAGO DE ISOBA

Según el historiador Ptolomeo, esta tribu formaría parte de una de las 8 “civitates”, en que se dividía la nación cántabra, los vadinienses estarían formados por cuatro clanes: los Arcaedunos, los Aroniaecinos, los Cantianos y los Corovescos. Su ubicación concreta es un misterio, situándolos según muchos autores en la zona de la actual localidad de Burón, otros en Cangas de Onís y otros la ubican en Crémenes, la única evidencia que tenemos son las múltiples estelas aparecidas en diversos pueblos de la zona, de origen indiscutiblemente vadiniense, datadas hacia el s. III d.C. 

ESTELA VADINIENSE

Su distribución se daba en ambas vertientes de la cordillera cantábrica, al norte se extendían por las tierras del Ponga y el Sella, llegando hasta el mar Cantábrico, al sur de la cordillera, su territorio abarcaba las tierras de la montaña oriental leonesa hasta un poco por debajo de Cistierna, por el Este cerraba el territorio el río Carrión y por el oeste el alto de Porma, cerca de Puebla de Lillo y del hermoso lago de Isoba.

LAGO DE ISOBA

Su cultura era eminentemente castreña, y matriarcal, su principal ciudad sería Vadinia, cuyo emplazamiento exacto se desconoce, no se conservan muchos restos de castros vadinienses, o no están excavados, como ejemplo tenemos el de Castitejón, cerca de Isoba. 

CASTRO DE CASTITEJON

Regia su vida diaria un jefe que se apoyaba en diversas instituciones, entre ellas un consejo de ancianos, se dividían en tribus que a su vez se subdividían en clanes, estos constaban de varias familias con antepasados comunes. La vestimenta masculina era básicamente túnicas y capas de lana, además de cintas para sujetar sus largos cabellos y una especie de gorros de lana y abarcas de cuero, las mujeres vestían enaguas y vestidos bordados con flores. 

RECREACION VADINIENSE

Las armas que utilizaban sus guerreros eran ligeras, dardos o lanzas, espadas cortas y puñales, además de un arma característica de forma curvada de unos 45 cm. de hoja, la Falcata.

FALCATA Y HACHA DE CUERNO

Eran tribus con una clara influencia cultural celta, esto se observa en antiguas tradiciones que aún hoy perviven, Como ejemplo encontramos en la localidad de Riaño, una ancestral costumbre consistente en que los mozos subían al pico Jaido, por orden de un mayordomo, en la víspera de San Pedro. Cogían un haz de ramas del tejo que se haya en dicha montaña, bajándolas al pueblo, otros jóvenes habían hecho lo mismo con ramas de otras especies arbóreas. Estas tenían que ser de la mitad de tamaño que las del tejo, tantas como chicas hay en el pueblo, la rama más grande se destina para poner el ramo de la Virgen. Se pelaban ramas de salguera y atándoles un puñado de las ramas de tejo, con estos ramos se adornan a la Virgen, la espadaña de la iglesia, y los balcones y ventanas de las mozas. Esta es una antigua tradición cristianizada, antiguamente vinculada a los ritos de la naturaleza, y a los espíritus del bosque, el tejo además era sagrado para la cultura de los antiguos celtas.

RIAÑO

Se trata de una zona con múltiples referencias histórico-míticas, encontramos, así el macizo de los picos del Mampodre, montañas ubicadas en la divisoria de los ríos Porma y Esla, entre los valles de Valdeburon y Puebla de Lillo. 

SIERRA DE MAMPODRE

Forman una sierra de enorme belleza y posibilidades montañeras, mirando sus cimas por encima de los 2.000 metros de altura, sobrecoge su aspecto fiero de origen glacial, sobre todo cuando escuchamos de boca de algún paisano la leyenda que las sumerge en un halo de misterio.
Cuenta esta leyenda, que el nombre de estas montañas derivaría de la definición “Manos-podadas”, tal macabro topónimo se debería al castigo que el Cesar de Roma infringió a los rebeldes astures, que retuvo en estas montañas, en represalia por todos los daños causados al ejercito de Roma, mandó cortar a los guerreros las manos, con el fin de que no pudieran levantarse más en armas contra su ejercito. La leyenda nos sigue contando que las aguas del lago Mampodre que se agazapa en la sierra, en el término de Maraña, se trataría de las lágrimas de las mujeres astures, que lloraban la pena infringida a sus maridos. 

ATARDECE SOBRE LA SIERRA DE MAMPODRE

En los días de junio podremos ver a estas mujeres lavando sus dorados cabellos a orillas del lago convertidas en Xanas, hadas de la mitología astur-leonesa que vendrían a ser un equivalente de las Lamias vascas, o Anjanas cantabras, algunos autores han equiparado a las Xanas con la diosa Diana de la mitología romana y Artemisa de la griega, diosa de la caza protectora de la naturaleza y lunar.
El misterio de toda esta mitología, nos lleva suavemente a la espesura de los profundos bosques de hayas que se abren ante nuestros ojos cuando cruzado el puerto de Tarna nos deleitamos con el exuberante paisaje del parque natural de Redes. 

REDES

Pequeños pueblos se agazapan en los fondos del valle que el río Nalón ha horadado entre enormes desfiladeros, pueblos llenos de cultura ancestral que guardan como el tesoro etnográfico que son, hermosos hórreos cuadrados del estilo asturiano. 

HORREO ASTURIANO EN REDES

Muy cerca de la localidad de Sobrescobio un delicioso paseo entre árboles nos invita a conocer los misterios del cauce de un río con nombre evocador, Alba. Es un paseo tranquilo para el disfrute de los sentidos, para realizarlo sin prisa, bañarse en una de sus múltiples pozas y dejarse embaucar por las viejas historias del bosque.

TEJO EN REDES

Aunque si nuestro deseo es zambullirnos de lleno en la impresionante mitología asturiana, escapémonos hasta el cercano conceyu de Amieva, muy cerca del parque de Ponga, allí encontramos la ruta del Beyu Pen. 

EL BUSGOSU EN BEYU PEN

Con la excusa de seguir una hermosísima calzada romana que se dirige al conceyu de Parres, el caminante podrá deleitarse con un bosque autóctono desbordante donde representaciones mimetizadas con la naturaleza, nos muestran personajes de la mitología, pero no es fácil encontrarlos, se trata casi de un juego, así en algún rincón nos puede salir al encuentro el Nuberu, encargado de formar las tormentas, o el Busgosu, con forma humana, patas y cuernos de cabrito, pero dispuesto a auxiliar a los pastores, y así van surgiendo de entre la espesura muchos  otros personajes míticos, que nos hablaran, a quien quiera escucharlos con la mente abierta, de las raíces viejas de un pueblo viejo, que por suerte mantiene toda esta ancestral cultura para nuestro deleite.


PICOS DE EUROPA

Cerca quedan los enigmáticos Picos de Europa con sus ríos como el Cares, sus barrancas sus collados de nombres magnéticos como Collado Jermoso, 

FUEGO ANCESTRAL

pero esto es ya otra historia, que sin duda desgranaremos sin prisa mientras chisporrotea algún tronco de haya en el fuego de la chimenea.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario