jueves, 21 de mayo de 2015

SAN JUAN ZAR, ANTIGUOS RITOS NATURALISTICOS

FUENTE DE SAN JUAN ITURRI

El solsticio de verano, era uno de los momentos más importantes del antiguo calendario de los pueblos agrícolas, entre los que se encuentra el vasco. Era el momento de la exaltación de la fecundidad de la naturaleza y del sol, generador de calor, de luz, de alimento, de vida, en definitiva. 

EL SOL SE CUELA ENTRE LAS HAYAS

El solsticio, tiene lugar el día 21 del mes de junio, y la iglesia lo cristianizó bajo la advocación de San Juan Bautista. Era un momento de ritos vinculados con la naturaleza, era el tiempo del fuego, del agua, momento en que las plantas adquirían propiedades especiales.

FUEGO DE SAN JUAN

En muchas fuentes de la Tierra de los Vascos, tenían lugar algunos de estos antiguos ritos vinculados al agua, estos manantiales se llaman, San Juan Iturri (Fuente de San Juan), en la Tierra de los vascos, hay varias de ellas, como son la de Iturriotz en Aia, Baliarrain, Zumaia o Donazaharre.

SAN JUAN ITURRI EN ITURRIOTZ

Pero hoy viajaremos a una que se enclava en un extraordinario paraje, situada entre las localidades de Igantzi y Arantza, en la comarca navarra de Bortziriak o Cinco Villas. Este hermoso lugar recibe el nombre de San Juan Zar (San Juan el Viejo), es un entorno mágico, telúrico, que recibe pausado, al caminante que se acerque a este lugar por alguno de sus senderos, si bien es posible acceder directamente con el vehículo.


SAN JUAN ITURRI

Un magnifico bosque de carpes nos recibe, siendo este el único lugar de la Península Ibérica, donde estos árboles se crían de forma natural, celosos guardianes de los secretos ancestrales que se esconden en sus profundidades. Los carpes han sido tenidos, en la mentalidad popular, como una mezcla de fresno y haya, el fresno repele el rayo, y el haya lo atrae, por lo que se tenía al carpe como una especie de “intermediario”. Este bosque sería un enclave en el que vivía un dios de la vegetación, de ahí la gran cantidad de ritos de carácter naturalístico, muchos de los cuales han llegado hasta nuestros días e incluso se siguen practicando. 

CARPES

Los dioses de la vegetación seguían las fases de la naturaleza, por lo que moría como viejo en la noche de San Juan, o solsticio de verano (de aquí el nombre de San Juan Zar), y renacía como niño en esa misma noche mágica representado como San Juan Txiki, en la figura que se venera en el interior de la cueva localizada sobre el manantial.

CUEVA DE SAN JUAN ZAR

Caminando junto al arroyo, alcanzamos la fuente de San Juan Iturri, que emana sus tres chorros de agua bajo la cueva que se abre sobre el. Si llegamos aquí en la mañana del día de San Juan, podremos ser testigos de ancestrales ritos que aún hoy llevan a cabo los habitantes de los pueblos de la zona, mezclados con cultos cristianos. 

PAÑOS EN LA FUENTE

De hecho todo lo que rodea a este entorno mágico es una mezcolanza de rituales. La tradición nos cuenta que debemos tomar el agua que mana de los tres chorros de la fuente, así como mojar un paño y frotar con él los miembros afectados por alguna enfermedad cutánea. 

COGIENDO EL AGUA DE LA FUENTE

Luego dejaremos en los alrededores del manantial dicho trapo que posteriormente, recogerá el párroco del pueblo para quemarlos quemarlos. Hecho esto los paisanos se descalzan y caminan por el agua que discurre por el canal que conecta la fuente con el cercano arroyo. 

CAMINANDO EN EL AGUA

Todos estos rituales acuáticos, hunden sus raíces en lo más profundo de nuestra ancestral cultura, hondamente vinculados con la naturaleza .Unas escaleras junto a la fuente, nos acercan a la cueva situada sobre el manantial, para acceder a la misma, cruzamos un arco en la roca, por el cual, en tiempos antiguos sólo podían acceder los iniciados. En esta caverna, tuvieron lugar antiquísimos rituales naturalísticos, que hoy por hoy son un misterio, y tal vez sea mejor de esta forma, y San Juan Zar sigua  mantenido su atávico secreto. 

ENTRADA A LA CUEVA

La cueva es más bien un abrigo, que se abre entre el bosque, en ella encontramos una cruz y un altar, en el que se celebra una misa el mismo día de San Juan. En un rinconcito de la misma cueva, hay una estatua sentada, que se encuentra rodeada de velas votivas, se dice que se trata de una talla de San Juan Txiki, pero la verdad es que recuerda mucho al basajaun, el señor de los bosques de la mitología vasca. 

ESTATUA DE SAN JUAN TXIKI

Lo cierto, como decía anteriormente, es que en este lugar aún podemos ver esa mezcla entre antiguos cultos naturales y cristianos, sorprende ver como las gentes acuden a misa tras realizar el ritual del agua, de la manera más normal.
Por suerte, aún podemos ser testigos de todas estas antiguas tradiciones, de poder ver y sentir el misterio de este lugar inigualable, escondido en un rincón de los bosques bañados por la presencia del cercano río Bidasoa, el río mágico de los vascos. 

RIO BIDASOA

Aún podemos escuchar su susurro contándonos los secretos de una cultura ancestral, secretos que poco se nos van escurriendo entre los dedos, un rincón que nos invita a caminar, a sentir sin prisas, a dejarnos imbuir de su ancestral sabiduría.